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El otoño augura nuevas subidas del precio de la luz

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Un ciclo que ya podemos encontrar algo repetitivo desde 2008 se repite en nuestra economía: pasando por la crisis del euro, la pandemia de la Covid-19 y ahora la inflación disparada y la tensión energética con la guerra de Ucrania, podemos prever una nueva crisis económica. 

Según expertos ven posible una recesión en la eurozona, de la que quizá escaparía nuestro país, pero que aún así afronta un escenario de estancamiento con la subida de tipos e inflación. 

Por si fuera poco Eurostat ha revelado que nuestra factura de electricidad se ha incrementado en agosto más del 60% respecto al mismo mes del año anterior, mientras que en Francia alcanzó un 7.7% y en Alemania un 16.6%.

Fuerte incremento de la electricidad a las puertas del frío

Pese a que el Gobierno Español llevaba semanas presumiendo de los menores precios de la electricidad en los mercados mayoristas en España frente a Francia o Alemania, la realidad revela que el consumidor final acaba pagando mucho más que antes en territorio nacional que en estos dos países vecinos. 

Así lo señalan datos de la Eurostat, el brazo estadístico de la Unión Europa, que refleja que el aumento de la electricidad en nuestro país en agosto fue superior al 60% con respecto al mismo mes del año 2020, mientras que en el país francés la factura se encareció solo un 7.7%. Es decir, en los hogares españoles se sufrió una subida del precio de la luz ocho veces más pronunciada que en los franceses.

Mientras, en el país germano, el aumento en agosto fue del 16.6%, cuatro veces menor que en España; y en Portugal alcanzó el 32.1% de incremento, la mitad que en nuestro territorio. Si hablamos de las grandes economías europeas, solo los hogares italiano sufrieron un aumento mayor de la luz que nosotros, con una escalada superior al 100%, a las puertas de elecciones y con protestas sociales donde quemaron facturas de la electricidad. 

Estas diferencias las seguimos encontrando pese a la entrada en vigor el pasado mes de junio del mecanismo conocido como “tope al gas”, que buscaba limitar las subidas en los mercados mayoristas de España y Portugal bajo la conocida como “excepción ibérica”.

Por si fuera poco, España sigue sufriendo estas subidas en el recibo de la luz, pese a que también a principios de verano se rebajó aún más el I.V.A. (Impuesto sobre el Valor Añadido) a la electricidad, que pasó del 10% al 5%. Aún así, este incremento del 60%, no es el más pronunciado de este 2022: en el mes de marzo, tras el estallido de la guerra en Ucrania, que intensificó la crisis energética, la componente eléctrica del IPCA (Índice de Precio al Consumo Armonizado) incrementó en un 107.8%, superando los encarecimientos de todas las grandes economías del euro. 

Contraste con la situación en el mercado mayorista

Estos grandes incrementos en los hogares españoles contrastan con lo ocurrido en el mercado mayorista, en el que España goza de unos precios sustancialmente inferiores a Alemania o Francia: el mercado “spot” en nuestro país ronda los 250€ por MWh, frente a los casi 400€ por MWh de Alemania o Francia. 

Esto nos quiere decir que los consumidores españoles acaban pagando mucho más que los franceses pese a sus problemas con las centrales nucleares o la dependencia de Alemania del gas ruso, cuyo precio ha subido exponencialmente, siendo más de 10 veces más caro que en la última década. 

Pero para entender esto, es necesario destacar que el mercado mayorista opera de cara a los hogares como una referencia, que no siempre recogen los contratos. Además, varios expertos explican que en España tenemos un mayor número de contratos que se encuentran vinculados al mercado mayorista o “pool” de los que hay en otros países, por eso estos acaban repercutiendo menos las subidas a los consumidores, ya que gozan de acuerdos a más largo plazo. 

Anteriormente al estallido de la crisis energética, esta situación podía suponer una ventaja, ya que por ejemplo la tarifa regulada PVPC en España era mucho más barata que el resto, ahora son los contratos a más largo plazo y estables los que suponen menores subidas de precios. 

Fuerte subida del IPC

La subida de la electricidad ha sido un factor determinante en la subida del IPC (Índice de Precio al Consumo) en España: según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), el aumento de la luz fue lo que más contribuyó a la crecida de los precios. En el mes de agosto, este bien de primera necesidad en la cesta de los hogares escaló un 15.9% con respecto al mes anterior, pese a la existencia de medidas regulatorias. Esto lo ha convertido en el componente con mayor repercusión para el IPC, con un peso del 0.634.

Y es que la energía se encuentra detrás de la subida de otros muchos productos: la inflación subyacente, que toma las subidas más estructurales y descarta los elementos más volátiles, como puede ser la propia energía o los alimentos frescos, se encuentra ya en el 6.4%, la mayor tasa desde 1993. 

Para intentar luchar contra la inflación en la Unión Europea, el BCE (Banco Central Europeo) ha aumentado un 0.75% los tipos de interés, siendo la mayor subida de la historia, y que acabará castigando a las economías más endeudadas, como es la de nuestro páis. 

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