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Gestión de la materia orgánica

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La gestión de residuos consiste en un conjunto de actividades llevadas a cabo para deshacerse de un residuo o material que ha perdido su utilidad después del uso. 

Dentro de este proceso se engloba también el tratamiento de la materia orgánica o biorresiduos, que son aquellos de procedencia animal o vegetal. Hace relativamente poco, estos desechos se mezclaban con plástico, cartón y otros tipos de basura de manera indistinta y no eran aprovechados para ningún otro fin.

Sin embargo, las cosas han empezado a cambiar a través de la Directiva europea 2008/98/CE de Residuos, la cual establece que a más tardar el 31 de diciembre de 2023, los biorresiduos se deben recoger de forma separada o reciclarse en origen (por ejemplo, mediante compostaje).

Esta medida se ha materializado en la aparición de un nuevo contenedor de color marrón destinado exclusivamente a ser el depositario de esta clase de desechos. No obstante, gran parte de la gestión de residuos está basada en las buenas prácticas de los ciudadanos, por lo tanto es fundamental que estén informados sobre cómo proceder en estos casos.

¿Qué se considera materia orgánica o biorresiduo?

Según la Ley 22/2011, de Residuos y suelos contaminados, la materia orgánica o biorresiduo se considera a todos los residuos biodegradables de jardines y parques, residuos alimenticios y de cocina procedentes de hogares, restaurantes, servicios de restauración colectiva y establecimientos de venta al por menor; así como residuos comparables procedentes de plantas de procesado de alimentos.

En definitiva, son todos los residuos que proceden de algún ser vivo, ya sea animal o vegetal, que de forma natural sufren un proceso de descomposición. Algunos ejemplos son:

  • Restos de frutas y verduras.
  • Restos de carne y pescado cocinados y sin cocinar.
  • Cáscaras de huevos, mariscos y frutos secos.
  • Otros restos de comida: como son las sobras de pan.
  • Infusiones y posos de café.
  • Tapones de corcho, cerillas y serrín.
  • Restos de plantas secas.
  • Cajas de pizzas si están manchadas de grasa.
  • Servilletas y papel de cocina sucios: en este caso, solo se pueden desechar en el contenedor marrón si están manchados de restos de comida. Si por el contrario se han usado con algún producto químico debe depositarse en el contenedor de restos (gris y naranja).

¿Qué se puede hacer con la materia orgánica?

Es posible sacarle un gran partido a los residuos orgánicos. Se puede elaborar compost o alimentar a los animales con ellos. En caso de depositarlos en los contenedores municipales, las gestoras de residuos pueden aprovecharlos de varias maneras.

Compostaje

El compostaje es un proceso de descomposición de la materia orgánica que en presencia de oxígeno y por la acción de diferentes microorganismos como hongos y bacterias, produce un abono para las plantas rico en nutrientes llamado compost.

Al administrar toneladas de residuos que no siempre están bien separados, el compost obtenido por las empresas no es de tan alta calidad como el que se puede elaborar en casa. Sin embargo, puede aprovecharse en jardinería, restauraciones ecológicas o mejoras ambientales.

Biometanización

La biometanización es un proceso biológico en el que distintos tipos de microorganismos, en ausencia de oxígeno, descomponen la materia orgánica, generando energía en forma de biogás y un fertilizante natural llamado digesto.

El biogás se puede utilizar para el autoabastecimiento de las plantas de tratamiento, como combustible automovilístico o ser inyectado a la red de suministro de gas.

En el caso del digesto se puede utilizar para la restauración de taludes o mejoras ambientales.

Beneficios de separar la materia orgánica 

  • Dar una segunda vida a los residuos. 
  • Reducir la cantidad de residuos que llegan a los vertederos. Cuanto más eficiente y correcta sea la separación de los desechos en origen menor será la cantidad de basura que no se pueda procesar o reciclar.
  • Limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. La materia orgánica en su descomposición sin oxígeno libera metano, un gas 21 veces más contaminante que el CO2. Una buena gestión de residuos impide que este gas se libere a la atmósfera.
  • Generar biogás para la producción de energía eléctrica. Una alternativa energética renovable.
  • Obtener material fertilizante. El objetivo es producir un compost seguro para poder utilizarlo en agricultura para proteger y recuperar el suelo.

En definitiva, la correcta gestión de estos desechos es un paso más de las Administraciones Públicas para conseguir una  modelo de economía circular. Alrededor del 47% de la basura que generamos es materia orgánica, la cual tiene muchas formas de aprovechamiento. Está en manos de todos contribuir de manera activa cada día a la consecución de este objetivo.

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