Actualmente encontramos que la mayoría de los países y economías mundiales son deficitarias en combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón o el gas natural, problema que también observamos en el mundo en su conjunto ya que por definición estos combustibles son finitos, fuentes de energía no renovables. Se han generado a lo largo de millones de años en el subsuelo a partir de materias orgánicas y la cantidad existente es la que es, sin capacidad de encontrar más, por lo que tienen los días contados.
Estos combustibles aún comprenden el 80% de la demanda de energía primaria a nivel mundial y solo el sistema energético es la fuente de aproximadamente dos tercios de las emisiones globales de CO2 (dióxido de carbono); por lo que si continuamos con la tendencia actual, es decir, que se mantenga la proporción de combustibles fósiles mientras que la demanda energética se duplica (con estimaciones de que llegue a duplicarse para el 2050), las emisiones superarán en grandes cantidades la capacidad de carbono que podamos emitir para limitar el aumento medio de temperatura global a 2 grados centígrados.
Y es que, el 2019 fue el segundo año más cálido desde que existen registros, solo por detrás del 2016; mientras que la temperatura media de los últimos cinco años ha sido aproximadamente 1,2 grados superior al nivel preindustrial, según el servicio de cambio climático de Copernicus (C3S). Motivos más que suficientes para frenar el consumo de combustibles fósiles, que con su quema producen la emisión de la mayoría de gases contaminantes que aceleran el cambio climático, y sustituirlos por fuentes de energía limpias y renovables.
En paralelo, encontramos que en 2018 unos 860 millones de personas en el mundo todavía carecían de acceso a la electricidad, lo que requiere un amplio esfuerzo extra en el despliegue de las energías renovables para lograr el acceso universal a la electricidad en 2030, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por Naciones Unidas, principalmente en el África Subsahariana.
Es por esto que en el artículo de hoy, el cuarto capítulo de la serie sobre la historia e importancia de las energías renovables, queremos contarte todo sobre estas fuentes de energía limpias e inagotables, que nos ayudarán a mejorar la vida en nuestro planeta.
¿Qué son las energías renovables?
Su definición dice que una energía es renovable cuando su fuente de energía está basada en la utilización de recursos naturales inagotables, como el sol, el viento o la biomasa. Estas energías renovables, o renewable energy en inglés, están caracterizadas principalmente por no utilizar combustibles fósiles, sino recursos naturales capaces de renovarse ilimitadamente.
Además de ser un tipo de energía totalmente infinito e inagotable, no producen gases de efecto invernadero (GEI) los causantes fundamentales del cambio climático, así como otras emisiones contaminantes, por lo que su impacto ambiental es sumamente escaso: podríamos decir que las energías renovables son fuentes de energía totalmente limpias.
Una energía limpia y renovable también es conocida como energía verde, pero debemos saber que no toda la energía limpia es renovable, como la conocida energía nuclear, la cual es una energía descarbonizada y no contaminante, por lo que no emite gases de efecto invernadero a la atmósfera pero necesita del uranio para su producción, recurso que sí es limitado.
Y al igual que las energías no renovables, la energía renovable puede ser utilizada para generar electricidad, calor, gas y combustible, conocidos estos como biogás y biocombustible, sin necesidad de emitir gases de efecto invernadero.
Existen multitud de tipos distintos de energías renovables, como la energía solar, eólica, mareomotriz o hidráulica entre otras, y en próximos artículos te desgranamos una a una en qué consisten para que no pierdas detalle de todo lo que nos proporciona nuestro planeta Tierra.
Ventajas e inconvenientes de las energías renovables
La principal ventaja de estas energías renovables es su limpieza, es decir, no generan ningún impacto negativo al medioambiente, aunque encontramos muchas más.
Aunque también es cierto que es importante conocer los inconvenientes que nos puede presentar contratar este tipo de suministros, por eso empezamos por las malas noticias primero ¡que son muchas menos!
INCONVENIENTES:
- No existen plazos fijos para su producción, sino que dependen de la aparición de los fenómenos naturales.
- Normalmente tienen un mayor impacto arquitectónico en las ciudades, que no siempre es bienvenido, ya sea por estética o por conservación del patrimonio artístico.
Por otra parte, encontramos muchos más beneficios si empezamos a contar con estas energías renovables.
VENTAJAS:
- Como ya hemos comentado a lo largo de todo el artículo, las energías renovables son el socio imprescindible contra el cambio climático, ya que no emiten gases de efecto invernadero en los procesos de generación de energía. De esta manera se revelan como la solución limpia y más fiable frente a la degradación medioambiental.
- Son inagotables, al contrario que las fuentes tradicionales de energía como el carbón, el gas, el petróleo o la energía nuclear, cuyas reservas son finitas, las energías limpias cuentan con la misma disponibilidad que el sol donde tienen su origen y se adaptan a los ciclos naturales, es por eso que son llamadas renovables. Por ello encontramos que son un elemento esencial de un sistema energético sostenible que facilita el desarrollo presente sin poner en riesgo el de las futuras generaciones.
- También nos ayudan a reducir la dependencia energética, ya que la propia naturaleza de las fuentes limpias implica una ventaja diferencial para las economías locales y un incentivo para la independencia energética. La necesidad de importar combustibles fósiles genera una supeditación a la coyuntura económica y política del país proveedor que puede comprometer la seguridad del suministro energético. En cualquier rincón del planeta encontramos algún tipo de recurso renovable – viento, sol, agua o materia orgánica – susceptible de aprovecharlo para producir energía de manera sostenible.
- Cada vez son más competitivas, y es que, las principales tecnologías renovables, como pueden ser la eólica y la solar fotovoltaica, están reduciendo enormemente sus costes de manera que ya son plenamente rivalizantes con las convencionales en un número creciente de emplazamientos. Las economías de escala y la innovación están permitiendo que las energías renovables lleguen a ser la solución más sostenible, no sólo a nivel ambiental sino también económico, para mover el mundo.
- Por último, visualizamos un horizonte político muy favorable para las energías renovables, ya que las decisiones acordadas en la COP21 han aportado un torrente de luz a su futuro. La comunidad internacional ha comprendido la obligación de robustecer la transición hacia una economía baja en carbono por la sostenibilidad del planeta, y el clima de consenso internacional constituye un marco muy favorable para el impulso de las tecnologías energéticas limpias.
En próximos artículos también ahondaremos en las diferentes medidas políticas y económicas que se han implementado en Europa para fomentar el uso de energías limpias, y cómo esto influye en la situación actual de las renovables en nuestro país.
Y es que, al ritmo actual de consumo mundial energético, los recursos fósiles se están agotando rápidamente, quedando aproximadamente:
- 50 años para la desaparición del petróleo.
- 60 años para la desaparición del gas natural.
- 100 años para la desaparición del uranio.
- 110 años para la desaparición del carbón.
Por esto, y por la cantidad de emisiones de CO2 que generan estos combustibles fósiles, es imperativo reducir nuestra dependencia de ellos y limitar así las emisiones de gases de efecto invernadero. El apoyo al desarrollo de las energías renovables es esencial en este contexto.
Y desde Planeta Eco te esperamos en próximos artículos para conocer un poco más sobre el mundo de las renovables, pero mientras tanto, no te pierdas nuestras publicaciones en redes sociales.
