Corrientes como la sostenibilidad, el reciclaje, el uso de productos eco-friendly o cruelty free están a la orden del día. Pero a pesar de que existan tantas maneras de evitar el daño al medioambiente muchas personas no saben cómo aplicarlas a la vida cotidiana o piensan que es demasiado costoso y complicado.
Por ello, a continuación presentamos una lista de 23 maneras de ser sostenible en el día a día:
- Usar bolsas reutilizables: es aconsejable llevarlas siempre a la hora de hacer la compra. Así se reduce el gasto en bolsas de plástico.
- Un básico, reciclar: depositando los residuos en su correspondiente contenedor es un gesto sencillo y responsable que ayuda mucho al medioambiente.
- Comprar productos a granel: de esta manera se compra la cantidad justa y no se generan envases nuevos, reutilizando los que ya haya en casa para guardarlos o hacer nuevas compras. Además hay muchos productos que se pueden comprar a granel como legumbres, cereales, frutos secos, verduras, frutas…
- Sustituir de manera progresiva las bombillas halógenas e incandescentes por LEDs de bajo consumo: son más eficientes y consumen menos.
- Lavar con agua fría cuando sea posible: se pueden ahorrar hasta un 80% de energía.
- Instalar placas solares u otra fuente de energía renovable apta para el autoconsumo.
- No desperdiciar el agua: es un bien preciado y en algunos casos, escaso.
- Comprar de manera responsable: reutilizando todos los elementos cotidianos que sea posible: ropa, muebles, juguetes…
- Cambiar a productos con envases de vidrio o silicona.
- Usar cepillos de bambú o bio-plástico.
- Olvidar el film de cocina o papel de aluminio: existen otras alternativas como envoltorios de cera de abeja, bolsas de silicona o de tela para los bocadillos.
- Realizar los desplazamientos en transporte público siempre que sea posible: contamina menos y en algunos casos resulta más barato y rápido.
- Dejar de comprar diferentes productos de limpieza: usando vinagre blanco se pueden eliminar malos olores, quitar el óxido, limpiar la cocina, lavabo, espejos, cristales, e incluso desinfectar objetos o superficies, entre otras muchas opciones.
- Utilizar trapos hechos con ropa en lugar de papel de cocina: reduce el gasto y se le da una segunda vida a las prendas viejas.
- Revisar el espacio que hay entre tu nevera y la pared: cuanto mayor sea, mejor circulará el aire y menos se sobrecalienta el aparato. Por lo tanto, el gasto eléctrico se verá reducido.
- Plantearse recurrir a la segunda mano: comprando, vendiendo o donando juguetes, ropa, muebles u otros elementos para darles una segunda vida.
- A la hora de comprar ropa nueva, valorar que esté hecha con tejidos 100% naturales como el algodón, la lana o el lino.
- Asegurarse de que el aislamiento de puertas y ventanas es el adecuado: así se evita el malgasto de energía al calentar o enfriar la casa.
- Evitar el consumo en stand by: es recomendable apagar o desenchufar los aparatos eléctricos cuando no se estén utilizando para que no sigan gastando energía de la red.
- Tener plantas dentro de casa por el día aumenta los niveles de O2 y reduce el CO2 en el aire.
- Consumir agua filtrada para reducir el consumo de envases de plástico.
- Asegurarse de que ningún grifo o cisterna de la casa gotea.
- Priorizar el consumo de productos de proximidad: de esta manera se favorece la economía local y se reducen las emisiones producidas por los desplazamientos.
Con todos estos consejos es muy sencillo ser más sostenible a base de pequeños gestos diarios.