Un Ártico estacionalmente libre de hielo puede producir tanto calor como 25 años de emisiones de CO2 provocadas por el hombre (con los niveles de emisión actuales). Investigaciones recientes demuestran que una acción inmediata para reducir las emisiones de metano podría ayudar a preservar la capa de hielo del Ártico en verano.
Esta investigación es una de las primeras en analizar el impacto práctico de reducción de las emisiones de metano en elementos cruciales del sistema climático, más allá del propio aumento de la temperatura.
Según el estudio, si logramos la neutralidad del carbono de CO2 para el año 2050 (un objetivo prometido en el acuerdo climático de París) y aplicamos rápidamente las reducciones de metano utilizando todas las soluciones disponibles en la actualidad, las posibilidades de salvar la capa de hielo de verano en este siglo podrían pasar de casi cero, si no se toman medidas, a más del 80%.
Preservar el hielo marino del Ártico es importante no sólo porque es una parte esencial de la vida de las sociedades árticas y de los ecosistemas locales, sino también porque su ausencia podría acelerar rápidamente el ritmo del calentamiento global. El derretimiento del hielo marino claro y reflectante revela una superficie de agua más oscura que absorbe más luz solar. Esto provoca un calentamiento adicional del clima.