Las energías renovables están atravesando un momento de enorme crecimiento. Cada vez se genera más electricidad a través de plantas fotovoltaicas o parques eólicos. Pero la realidad es que para que sea definitivamente viable la transición energética a estas fuentes renovables es necesario contar con un respaldo de potencia almacenada para los momentos en los que ni el sol ni el viento alimentan las placas o turbinas.
Las alternativas de almacenamiento de energía actuales, como las baterías de litio son demasiado caras y no del todo eficientes.
Para responder a esta demanda del mercado, investigadores del MIT han desarrollado un nuevo tipo de batería fabricada mediante materiales abundantes y económicos, sustitutos del litio: azúfre, sal y aluminio.
Los componentes y sus ventajas
El aluminio es un metal y funciona en esta mezcla como material conductor correspondiente a uno de los dos electrodos. En el otro se seleccionó el azufre, un elemento barato de obtener. Y como electrolito para transportar la carga de un lado a otro se buscó una variedad de sales fundidas con puntos de fusión bajos, las cuales convierten a estas baterías en dispositivos mucho más susceptibles de sufrir corrosión o inflamación.
Sorprendentemente, la sal fundida que el equipo eligió como electrolito simplemente por su bajo punto de fusión resultó ser la solución perfecta a la formación de dendritas, pequeñas puntas de metal que provocan cortocircuitos y la pérdida de conexión entre los electrodos.
En sus experimentos, el equipo de investigadores demostró que las celdas de la batería podían soportar cientos de ciclos a tasas de carga excepcionalmente altas, con un coste hasta 6 veces menor que el de las celdas de litio con características similares. Además, la batería no requiere una fuente de calor externa para mantener su temperatura de funcionamiento. El calor se produce electroquímicamente de forma natural mediante la carga y descarga de la batería.
Versatilidad de usos
Las características de esta batería la convierten en la alternativa idónea para instalaciones domésticas e incluso, para proyectos en pequeñas o medianas empresas, ya que cuenta con una capacidad de almacenamiento de decenas de kWh. De hecho, también son muy prácticas para alimentar estaciones de carga de vehículos eléctricos.
Para instalaciones más grandes, hasta una escala de utilidad de decenas a cientos de mWh, otras tecnologías podrían ser más efectivas. Sin embargo, no se descarta que en el futuro estas nuevas baterías podrían cubrir también esta demanda de almacenamiento energético a gran escala.
Son este tipo de inventos los que impulsan la transición energética en la buena dirección para que podamos alcanzar cuanto antes un futuro libre de emisiones contaminantes y sin escasez de recursos.